Las tierras de lo que hoy es San Carlos, iniciaron el proceso de colonización a mediados del siglo XX, cuando se amplió la frontera agrícola y llegaron a la región migrantes de otras regiones del país y de otros países de América Latina y Europa.
Esta diversidad cultural ha enriquecido al sancarleño, que según el escritor y catedrático Adriano Corrales, podría describirse como trabajador, emprendedor, cooperativo, solidario, alegre, muy conservador e individualista.
El nombre de San Carlos se debe a una estructura protectora erigida sobre el Río San Juan durante la época de la colonia, a la que se le dio el nombre de Castillo de San Carlos de Austria. La edificación ya no está, pero el nombre se mantuvo y se difundió.
San Carlos ha sido tradicionalmente una región agrícola y ganadera, que se ha desarrollado comercialmente y ahora, gracias a su riqueza natural y a la calidez de su gente, es una de las principales zonas turísticas de Costa Rica.
Tierra de bosques, ríos, quebradas, cascadas, extensas llanuras, abundantes lluvias, complejos ecosistemas, aguas termales y hogar del majestuoso Volcán Arenal. Un cantón costarricense que guarda grandes tesoros, en el que hasta pequeños poblados se pueden ver en zonas rurales, donde cultivar la tierra y ordeñar una vaca son parte del día.